9 abr 2018

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15 may 2013

19-Ene-2008_La infidelidad

16 nov 2009

El amor de Lucha






¡¡¡Qué lindo que es!!!....Esas palabras salían de manera sensible de los labios de Lucha. Obviamente se refería al chico más bonito de la escuela. Y lo era, no porque quizás lo sea en forma bella, sino mas bien lo era por la simpatía que el desplegaba. Era muy común verlo siempre rodeado de las chicas mas lindas del instituto. La verdad, parecía la atracción del establecimiento. Siempre sonriente, siempre tan galán, con muy bonitas facciones completaba el combo perfecto para cualquier mujer. Todas querían estar con el, de una manera u otra. Conversando, riendo, preguntándole cosas, o solamente observándolo cuando el les hablaba. Las tenía a todas. Podía elegir, podía dejar plantada a la más bonita si quería, total le sobraban las propuestas.
Eso veía Lucha. Imaginaba simplemente que atraerlo para ella resultaría muy difícil, sabiendo que podía tener a cualquiera y que no era la más linda. Se sentía perdida por esa razón. ¿¿Como hacer que un chico tan guapo se fije en mi??, se preguntaba.
La idea de poder conquistarlo rondaba su cabeza a diario. Imaginaba situaciones, soñaba con momentos increíbles, ensayaba discursos para decirle cuando estuviera ante él. Pero, ¿que hacer?.¿Como llamar la atención de un chico que tenia todo lo que quisiera?. ¿Como llegar a él?, y que le preste atención.
Decidió ponerse a observar, cuando se encontraba rodeado de chicas. Que cosas podían llegar a gustarle más. Viendo que actitudes femeninas llamaban más su atención.
Luego de varios días de indagar visualmente, logró darse cuenta que las chicas parecían comportarse muy tontamente ante su presencia. Las vio entregadas, sin actitud, sin imponer algún tipo de carácter frente a él. Solo libradas al designio de sus caprichos. No había decisión alguna por parte de ellas, solo esperar que su vista elija entre ellas, casi de manera azarosa. Lucha veía que las mujeres ante el, estaban dejadas al arbitrio de su gusto.
No se podía decir que le gustaran de una forma u otra, rubias o morochas, solo le gustaban. No parecía haber preferencia.
Lucha, no se veía a si misma, mucho menos que las chicas que siempre rondaban bajo su encanto. Era de tez rubia, no muy bajita, pelo enrulado, y de facciones bonitas en su cara. No era ni más ni menos que las demás. Solo había que lograr ser diferente.ahi estaba la cuestión. Hacer cosas que las demás no hacían.
Finalmente, un día se decidió. Se propuso demostrarle a ese bonito chico, que ella tenia la desicion de poder enfrentarlo y con actitud hacerle saber que ella estaba dispuesta a ser su novia. A imponer su voluntad. A pelear con carácter lo que ella estaba dispuesta a tomar de el, “su amor”.
En un día como tantos otros. El se encontraba como ya era su costumbre, rodeado de las chicas de siempre. Lucha, lo ve y se acerca. El la mira por ser la ultima que se acercó. Ella también hace lo mismo. Al mirarlo lo llama a un lado, el accede con cara de sorpresa y se establece la siguiente conversación:
-Hola, brad, soy Lucha.
-Hola Lucha, ¿como andas?.
-Bien, bien. Quiero decirte algo desde hace algún tiempo.
-Si, si dime. ¿Que es lo que tienes para hablarme?
-Siempre te veo, desde aquel rincón, ¿lo ves?
-Si, claro.
-Bueno, vengo a proponerte que salgamos.
-¿¿¿Como???
-Lo que escuchaste, que salgamos.
-¿Como se te ocurrió eso?
-Simple, me gustas. Te veo siempre, eres bonito y me atraes. Por eso pido que me des la oportunidad de poder conquistarte. Creo que tengo los atributos más que suficientes para poder lograr mi cometido. Siempre he visto que las chicas no demuestran de manera fehaciente lo que quieren de ti, solamente quedan expuestas a tu decisión. A tu azarosa manera de elegir. No veo que tengas en cuenta algún precepto fijo, simplememente haces lo que tu gusto ese día te designa. Andas con las chicas como si fueran un mero objeto de tus deseos. En cambio yo vengo a proponerte tener una mujer a tu lado, no una marioneta de tus caprichos. Tú me dirás, que es mejor que sean así. Y posiblemente tengas razón. Fáciles de manejar, de seducir, de descartar. Yo vengo por el contrario, a proponerte un amor.
-Realmente, me encuentro sorprendido, ante tremendo acto de arrojo.
-¡Gracias!. Te decía que vengo a darte amor. Y con el verdadero significado de esa palabra. Con el poder que ese término encierra. “amor”. Del bueno, del que se siente en su manera mas sensitiva, del que nos mueve el cuerpo en sacudidas de escalofrió.
-Bueno, eso suena muy bonito, si claro que si. Creo que nunca tuve eso que dices.
-Por eso mismo, brad. Solo tuviste diversión, placeres de bajo nivel, y satisfacciones fisiológicas que quizás llenan el momento pero no el corazón de una persona que puede entregar más que eso. Puede entregarte, un corazón, un deseo de pertenencia al ser amado, un sentir que eres parte del otro en sus formas mas lindas.
-Creo que no tengo palabras para expresar lo que siento, no sé que decirte. Eres la primera mujer que dice esas cosas tan bonitas. Eres la primera que dice lo que siente y no se calla, para solo recibir algún mimo mio. Cuéntame, ¿tienes más palabras para mí?
-Por supuesto. He venido a decirte esto con la intención que me escuches, y comprendas que puedo ser la mujer que llene tu vida. Esa que podría decirte muchas mas cosas que palabras bonitas. Podría decirte que cosas están erradas y cuales no a mi manera de ver. Consejos de pareja y amor del verdadero. Todo esto que te expreso tiene la intención de poder tener salidas contigo, para que puedas ver quien soy, quien es esta personita que te habla y pide una oportunidad para el amor. Hoy no vengo a hablarle a tu belleza, sino a tu corazón. A ese órgano tan lindo que nadie le habla. Sé que solo adulan tu exterior, pero también sé que lo tienes a ese hermoso ser interior, y no te dan quizás la oportunidad de sacarlo a que le den los mimos necesarios, que debe tener como cualquier persona.
-Bueno, Lucha. La verdad estoy sin palabras como te dije antes. Y ante tamaña expresión de sentimientos no dejaré pasar la oportunidad de que nos conozcamos, claro que sí. Seria insensato de mi parte no dejarme llevar por una mujer que me dice las cosas que me dice, siendo que me he dejado arrastrar por otras que no lo merecían en lo mas minimo. Estoy aceptando tus charlas. Desde luego.
-Gracias Brad. Será un enorme gusto salir con el hombre más bonito de aquí. Pero el mayor gusto será descubrir al que puede llegar a amar. Ese que de manera segura estará escondido en alguna parte de tu ser. Solo resta rescatarlo de esas profundidades que nadie se atreve a buscar.
Ahora dejaré lugar a mi parte más superficial para pedirte una cosa.
-Si, Lucha dime.
-Quiero que me robes un beso.
.Es exactamente lo que tenía intenciones de hacer…
(Y se besan)
Al cabo de unos días ya no se lo veía a Brad, rodeado de cuantas chicas solían asediarlo. Se lo veía solo esperando el momento en el cual Lucha salía de su aula. El la esperaba como quien espera un deseo que se haga realidad. El brillo en sus ojos dejaba ver que el amor había ganado su corazón.
Había perdido muchas chicas, pero había ganado en mil placeres, esos placeres que solo da “el verdadero amor”
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2 jul 2009

A eros (si es que lee).



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AMOR:
Cuatro letras cuyo significado inabarcable dio pie a tantas interpretaciones como corazones enamorados hubo. No importa su confrontación con lo real su corrupción por el paso devastador del tiempo. El amor es una emoción que escribe y escribirá el destino de los hombres.
Cierto escritor advirtió que “la desaparición del amor significaría el fin de la civilización.
Pero este riesgo parece lejano. De igual modo que las personas necesitan creencias y certezas para seguir viviendo, los hombres y mujeres seguirán cayendo bajo el hechizo del amor verdadero.
Continuando con los menesteres que encierra el amor, se lo suele llamar con distintos adjetivos, uno de los cuales es el amor platónico. ¿pero que es en realidad el amor platónico?. ¿una alucinación?, ¿un sueño ideal?. Para la imaginación popular se lo suele asociar a las relaciones románticas imposibles o lejanas. Se dice comúnmente que uno está inmerso en una situación de amor platónico cuando el corazón se desboca ante la visión idealizada e inalcanzable de la persona amada.
A veces uno quizás se haya preguntado si el amor es la búsqueda de la felicidad o de lo que no se tiene. Conseguido el objetivo, ¿se sigue sintiendo amor?, o se siente que uno es propietario de la felicidad que acarrea ese amor, y desde ese momento lo que teme perder no es más que la felicidad que ese amor produce de manera noble sobre uno. ¿ no es acaso el amor una forma cínica de egoísmo?, ¿uno quiere realmente a la otra persona?, ¿ o lo que quiere es los sentimientos agradables que esta produce sobre uno?. Quizás uno no quiera a sus abuelos, padres, hijos, etc. Sino a lo bien que nos hace sentir el estar en armonía con ellos. Ya lo decía Nietzsche “nadie hace nada por el prójimo sin un interés personal”. Planteado el dilema dejo a los lectores su juzgamiento de la idea aquí expresada.
Aaaaaaahhhhhhhh!!!......El amor, ese sentimiento que se presenta sin lógica o razón aparente, muchas veces uno en una actitud de planteamiento ante el sentimiento urgido, se pregunta: ¿por qué me he enamorado?. Habitual respuesta: no sé. Luego empiezan las dudas de si este es el amor verdadero, o sea el final, el que siempre estuvo buscando. ¿ y si me pasa como con los anteriores?, con los que he sufrido. Con los que no he llegado a alcanzar la plena felicidad, o en su defecto la misma resulta incompleta, dado que la relación expira. Dolina cita que “siempre está en peligro el pasajero del amor”. Llega a plantear que la cobardía ante él, no nos llevará nunca a la armonía de nuestro espíritu.
Yo diría que siempre hay que tener la actitud optimista frente a un nuevo peligro, del riesgo al que me refiero es al de enamorarse de nuevo, luego de haber sufrido un revés en el amor.

Queriendo amenizar el escrito, y poniéndole la inteligencia de la filosofía griega, armaré un dialogo en el cual me encuentro con Sócrates(pavada de filosofo, no?).
Haré una más que breve sintaxis del discurso de Sócrates, el cual se encuentra en el libro: “el banquete”. Espero que les guste.
Sócrates y Gabriel:
(Sócrates)- ¿Es Eros amor de algo o de nada?.
(Gabriel)- Por supuesto que lo es de algo.
(Sócrates)- Pues bien, guárdese esto en tu mente acuérdate de que cosa es el amor. Pero ahora respóndeme solo a esto: ¿desea Eros aquello de lo que es amor o no?.
(Gabriel)- Naturalmente.
(Sócrates)- ¿ Y desea lo que desea, y ama cuando lo posee, o cuando no lo posee?.
(Gabriel)- Probablemente, cuando no lo posee.
(Sócrates)- Considera, pues, si en lugar de probablemente no es necesario que sea así, esto es, lo que desea aquello de lo que está falto y no lo desea si no está falto de ello. A mí, en efecto, me parece extraordinario, Gabriel, que necesariamente sea así. ¿ y a ti como te parece?.
(Gabriel)- También a mi me lo parece.
(Sócrates)- Dices bien pues, ¿ desearía alguien ser alto, si es alto, fuerte si es fuerte?.
(Gabriel)- Imposible según lo que hemos acordado.
(Sócrates)- Porque naturalmente, el que ya lo es no podría estar falto de estas cualidades.
(Gabriel)- Tienes razón.
(Sócrates)- Pues sí, el que es fuerte, quisiera ser fuerte, el que es rápido, ser rápido, el que está sano, ser sano… tal vez, en efecto, alguno podría pensar, a propósito de estas cualidades y de todas las similares a estas, que quienes son así y las poseen desean también aquello que poseen; y lo digo precisamente para que no nos engañemos. –Estas personas, Gabriel si te fijas bien, necesariamente poseen en el momento actual cada una de las cualidades que poseen o quieran, o no. ¿ y quien desearía precisamente tener lo que ya tiene?. Mas cuando alguien nos diga: yo, que estoy sano, quisiera también estar sano, y siendo rico quiero también ser rico, y deseo lo mismo que poseo, le diríamos: tú hombre, que ya tienes riqueza, salud, fuerza, lo que quieres realmente es tener eso también en el futuro, pues en el momento actual, al menos, quieras o no, ya lo posees. Examina, pues si cuando dices “deseo lo que tengo! No quieres decir en realidad otra cosa que “quiero tener también en el futuro lo que en la actualidad tengo” ¿acaso no estaría de acuerdo?.
(Gabriel)- Estoy de acuerdo. ¿Qué más puedo decir?, El es Sócrates y yo Gabriel.
(Sócrates)- ¿ Y amar aquello que aun no está a disposición de uno ni se posee no es precisamente esto, es decir, que uno tenga también en el futuro la conservación de estas cualidades?.
(Gabriel)- Sin duda.
(Sócrates)- Por tanto, también este y cualquier otro que sienta deseo, desea lo que no tiene a su disposición y no está presente, lo que no posee, lo que él no es y de lo que está falto. ¿no son éstas, más o menos, las cosas de las que hay deseo y amor?.
(Gabriel)- Por supuesto. (que perspicaz para responder).
(Sócrates)- Pues, recapitulemos los puntos en los que hemos llegado a un acuerdo. ¿no es verdad que Eros es, en primer lugar, amor de algo y, luego, amor de lo que tiene realmente de necesidad?.
(Gabriel)- Sí.
(Sócrates)- Siendo esto así, acuérdate ahora de que cosas dijiste en tu discurso que era objeto Eros. O, si quieres, yo mismo te las recordaré. Creo, en efecto, que dijiste más o menos así, que entre los dioes se organizaron las actividades por amor de lo bello, pues de lo feo no había amor. ¿no lo dijiste mas o menos así?.
(Gabriel)- Así lo dije en efecto.
(Sócrates)- Y lo dices con toda razón, Gabriel. Y si esto es así,¿ no es verdad que Eros sería amor de la belleza y no de la fealdad?.
(Gabriel)- Estoy de acuerdo en ello.
(Sócrates)- ¿ Pero no se ha acordado que ama aquello de lo que está falto y no posee?.
(Gabriel)- Si.
(Sócrates)- Luego Eros no posee belleza y está falto de ella.
(Gabriel)- Necesariamente.
(Sócrates)- ¿ Y qué?. Lo que está falto de belleza y no la posee en absoluto, ¿dices tú que es bello?.
(Gabriel)- No por supuesto.
(Sócrates)- ¿ Reconoces entonces todavía que Eros es bello, si esto es así?.
(Gabriel)- Me parece Sócrates, que no sabía nada de lo que antes dije.
(Sócrates)- Y, sin embargo, hablaste bien, Gabriel. Pero respóndeme todavía un poco más. ¿las cosas buenas no te parece que son también bellas?.
(Gabriel)- A mí, al menos, me lo parece.
(Sócrates)- Entonces, si Eros está falto de cosas bellas y si las cosas buenas son bellas, estará falto también de cosas buenas.
(Gabriel)- Yo, querido Sócrates, no podría contradecirte. Por consiguiente, que sea como dices.
(Sócrates)- En absoluto- es a la verdad-, querido Gabriel, a la que no puedes contradecir, ya que a Sócrates no es nada difícil.
…Del espectacular libro “el banquete”, harto recomendado por mí, y por gente que goza de inteligencia.
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A eros (bis)


ALGO MAS SOBRE EL AMOR
El amor es un tema tan vasto para llegar a comprender, que resulta casi imposible realizar algún juicio de valor sobre el mismo. Cualquier escrito sobre él se torna una verdad a medias, o mejor dicho en una posible verdad, ya que la verdad no es a medias.
Escrito esto, seguiré en el derrotero de poder encontrar a quien el destino ponga en mi camino, si es que habrá alguien con quien tropezar, para así hallar el mutuo entendimiento, la correlación de sentimientos asociados, la atracción de un cuerpo a otro, el anhelo de la pasión que atrae n sexo hacia otro, la búsqueda de la media naranja, o sea la mitad que nos falta para poder completar la máxima felicidad que el ser humano busca afanosamente de por vida, o sea el sentimiento llamado “amor”.
¿ algún día me enamoraré de lo posible?, ¿o mi vida estará signada por la adulación al masoquismo?, mientras tanto seguiré equivocando el camino hacia la felicidad, quizás algún día lo que parecía el sendero equivocado, se vuelve para mi asombro en el pasillo a lo que parecía inalcanzable, algún día será, algún día…

14 may 2009

¡Aprendère a Eskrivir?




Si algo difícil es escribir y no saber hacerlo, practicar, leer, instruirse, sacar manías, secretos de grandes autores es una buena forma de aprender a aprehender, pero lamentable e indefectiblemente no alcanza, uno no consigue desarrollar una escritura poco más que decorosa. Envidio sanamente (¿se puede?), a todos aquellos que sin mucho esfuerzo logran reunir en unas líneas tantas ideas y pensamientos en forma tan natural y compleja. En lo que respecta a mi persona, intento en vano asimilar la mayor cantidad de vocabulario que anduviere por ahí, aunque veo ineficaz el esfuerzo que mi mente hace por aunar todas aquellas palabras ausentes en mi léxico. Cuando considero que mi escritura va a tomar cierto vuelo literario, cae abruptamente ante mi carencia intelectual, la misma no llega a franquear la medianía de la regularidad. En ocasiones me suelo preguntar, ¿Cómo llegar a escribir un libro? Nunca hallo una respuesta satisfactoria a una – quizás – exagerada pregunta, ya que se me hace, más que dificultoso llegar a escribir más de cuatro hojas. Siempre me recomendaron la práctica y estudiar bastante gramática para llegar a tener, los conceptos básicos de reglas y condiciones a seguir. Demás está decir que luego uno deberá poseer un poco de talento e inspiración, para tener la pericia necesaria y saber volcar al papel toda la teoría asimilada.
Se sobreentiende, que estas líneas forman parte de mi rutina expresiva para tratar de perfeccionar mi funesta escritura, intentar corregir la forma de conformar las ideas en frases legibles y claras para la comprensión, es la tarea que me atañe en este momento. Saber darle color a los monótonos relatos que acontecen, para intentar deleitar a quien los lee. Poder sacarle momentos de emoción y tristeza cuando tenga que haberlos es mi meta, remate y fin.
Sorprendiéndolos (eso espero), redactaré un breve cuento. Para empezar ya mismo con la práctica de la escritura. Una vez contados mis defectos, sabrán disculpar todos los “horrores” (¿u errores?), de mi obra. Dicho esto aclaro mi pensamiento, y trato de esforzarme al máximo para sacar a flote mi “labor”.


“La verdad, nunca me había subido a un barco. Era mi primera vez, como lo sería para la mayoría de la gente que allí se daba cita. Me habían advertido que los movimientos serian bruscos, ¡cómo no serlo!, si cierta vez en Mar del Plata me había quedado mirando con asombro las peligrosas inclinaciones que cierta embarcación hacia, y con solo contemplar las caras de angustia de las personas a bordo, dudaba de si alguna vez subiría a un transporte marítimo. Pero el ser humano siempre quiere adrenalina, urge constantemente por el peligro, asume el masoquismo como fuente de placer - ¿es placentero tener miedo? – por esto y mucho mas, es que accedí cierto día a sumirme en la desesperación que aquellos rostros revelaban en “mardel”.
En otra ciudad, pero con las mismas intenciones que antes tenía, resolví asumir los riesgos y subir a bordo de aquel navío, el cual poseía una estructura que, después de un análisis no muy exhaustivo parecía viable para el abordaje y la aventura. Quiero decir que no fui el único que se animo a tamaño desafío. Otros quizás con las mismas intenciones que yo de encontrar fuertes emociones, decidieron sumarse a la comitiva y aventurarse en la embarcación. Una vez a bordo, y con cierta relajación, fruto de la quietud que el mismo todavía presentaba, miraba como, fuera del navío brazos de familiares y amigos nos saludaban con cierta sonrisa en los labios. Adivinando quizás la zozobra a la cual nos haríamos acreedores, por haber subido a ese montón de maderas flotantes.
Con cierto recelo y mirando de reojo, vi como tras un visto bueno del capitán se puso en movimiento el buque, que con suaves vaivenes anticipaba en cierto modo las vibrantes inclinaciones a las cuales seriamos sometidos todos los allí embarcados. Cierto recorrido por las caras, me dio una imagen de lo que allí se vivía. Tensión en algunas, miedo en otras, pero por sobre todas las cosas la angustia de no saber lo que vendría, era la sensación colectiva en la que nuestros cuerpos estaban inmersos.
Transcurrido cierto tiempo, y como era previsible, se hicieron presentes los característicos vaivenes desmedidos, esos que uno vio en las películas, o mismo en vivo cuando advertí lo que pasó en la costa - ¿ya lo conte, no? - .Los movimientos se hicieron terribles, las oscilaciones se tornaron violentas, los desmayos se sucedían, unos tras otros. El miedo dominaba el aire del cual respirábamos, las bocas tapadas para evitar lo que uno ya sabe era lo único que se veía tan solo se mirará uno a uno todos los rostros que allí se localizaban.
De pronto cuando creía que le desvanecimiento se apoderaba de forma involuntaria de mi cuerpo, o una posible nausea desencadenaría en la expulsión de mi almuerzo, cesaron de pronto todas las terribles sacudidas y bamboleos a los que estábamos expuestos. En forma brusca se frenó el barco, y con mesurada tranquilidad bajamos todos de aquel infierno al que fuimos sometidos.
Fue en ese momento, y no en otro, que si mal no recuerdo decidí nunca más subirme e ese “JUEGO MECANICO DEL PARQUE DE LA COSTA”.

Luis Gabriel Bernardini